La crisis ha conseguido que seamos ya un país de emprendedores. Hasta hace poco, la ilusión que teníamos era la de ser funcionarios. La verdad es que era una buena opción pero poco se podía aspirar. Además hoy en día ya no es algo tan bonito. Todo esto ha ocasionado que seamos cada vez más emprendedores y en la mayoría de los casos, falsos emprendedores.
En este escenario, los nuevos emprendedores son personas que no tienen un plan serio, un proyecto innovador y lo único que hacen esponerse como autónomos para intentar sobrevivir y aprovechar las pocas opciones que nos da este sistema.
Esto no es la clave para salir de la crisis por mucho que el Gobierno intente vender esta idea. El ya pesado comentario de que se está creando empleo y autoempleo ya cansa.
Somos emprendedores falsos porque tampoco nos dan otro remedio, falsos autónomos porque la empresa que nos quiere contratar no nos deja otra opción. Un nuevo emprendedor sin un proyecto en mente, sin objetivos a corto y largo plazo no puede generar riqueza ni estabilidad.
El Nuevo Estatuto del Trabajo Autónomo incorporó la figura del Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente en su Título II, Capítulo III, Artículo 11.1 donde encontramos la definición de TRADE:
« …Aquéllos que realizan una actividad económica o profesional a título lucrativo y de forma habitual, personal, directa y predominante para una persona física o jurídica, denominada cliente, del que dependen económicamente por percibir de él, al menos, el 75 por ciento de sus ingresos por rendimientos de trabajo y de actividades económicas o profesionales… »
Señores!, no digan que somos un país de emprendedores y que la crisis ha sacado lo mejor de nosotros porque no es del todo cierto. Muchos "empresarios y autónomos" no han tenido más remedio que intentar sobrevivir y poco o nada se está haciendo para ayudar realmente a la creación de nuevas empresas que puedan generar nuevos empleos.
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